La eclosión en la Inglaterra de finales del siglo XVII de un nuevo modelo de jardín, el Jardín Paisajista, es la primera gran revolución histórica en el arte de la jardinería. Anteriormente se habían sucedido diferentes formas en un jardín renacentista, manierista o, en líneas generales, clásico, pero estos cambios habían aparecido de manera evolutiva, sin que se puedan considerar grandes rupturas y sin que estas novedades naciesen en ningún caso de un sentido de oposición a los modelos precedentes. Por el contrario, el jardín paisajista va a suponer modificaciones radicales de concepto.
Jardines de Stourhead (Wiltshire)
esta revolución es contemporánea de otra de carácter político. Inglaterra es precursora de la forma de gobierno democrática y es en esos años, en las tres últimas décadas del siglo, cuando se producen las primeras experiencias de gobierno parlamentario, donde un primer ministro se apoya en una mayoría, circunstancia esta que se verá acompañada de un cierto espíritu de libertad, modernismo y libre discusión que favorecerán estos cambios.
Por otra parte, el sistema parlamentario va acompañado de una disminución de la importancia de la Corte, los Lords dejan sus residencias permanentes de la capital y regresan a sus posesiones locales, donde se construyen castillos, mansiones y se interesan por la naturaleza y la agricultura, a la vez que disponen de tiempo para innovar en el arte de los jardines, donde se produce una competencia saludable por ver quién realizará el jardín más nuevo y más hermoso.
Jardines de Chatsworth
El jardín se abre y se integra completamente con el paisaje, huye de los cerramientos, como escribió el pintor y paisajista inglés William Kent, “salté la cerca y vi que toda la naturaleza era jardín”. Esta inexistencia de muros hace que se integren totalmente en el paisaje que les rodea y que se mezclan grandes praderas con extensas arboledas, posiblemente, la adaptación más lógica en cuanto a los conceptos de jardinería y paisajismo.
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