sábado, 15 de enero de 2011

Iván Aivazovski

 Novena ola

Iván Konstantinovich Aivazovski (1817-1900) nace en Teodosia, ciudad costera de la península de Crimea, donde sus padres se habían establecido al comienzo del siglo, procedentes de Austria. Su padre, hombre culto conocedor de varias lenguas orientales, se dedicaba al comercio, pero al nacer Aivazovski la familia estaba arruinada a raíz de una reciente epidemia. El mar y Teodosia marcarán la trayectoria personal y artística del pintor. Con más de 6000 cuadros e infinidad de dibujos, y aunque tiene paisajes con montañas, las marinas serán casi su único tema y se le ha llegado a comparar con Turner, al que llegó a conocer en 1842.
Vista de Constantinopla

Por otra parte se educa en una ciudad que es encuentro de civilizaciones por su situación geográfica y por historia, ya que por Teodosia pasaron bizantinos y tártaros, los genoveses en el siglo XIII la convirtieron en importante puerto - Caffa-, los turcos la someten al imperio otomano, y no es hasta 1873 que Catalina II anexiona Crimea a Rusia. Esta mezcla de costumbres y culturas el joven Aivazovski la vive en un cosmopolita café en el que trabaja y donde italianos, griegos y turcos se diluyen con tártaros y armenios en el denso murmullo de las conversaciones.

Aivazovski, uno de los últimos representantes de la pintura paisajística formada en la primera mitad del siglo XIX, fue un academicista con impulsos románticos. No se comprometió ni social ni artísticamente, pero en su obra, de enorme belleza, trasmite con delicadeza y fuerza el amor a la pintura y al mar.



Museo Modernista Novelda


En el número 22 de la calle Mayor de Novelda, en la provincia de Alicante, una monumental cancela de sinuoso hierro forjado nos invita a un tiempo donde lo artístico ocupaba un lugar de privilegio. Es el "Fin de Siglo" y Europa vive momentos de gran vitalidad creativa: Art Nouveau, Modern Style, Jugendstill, Secesión... y en España un Modernismo que como en el resto de países no se limita a un medio concreto.Arquitectura y pintura se funden a una artes aplicadas en plena expansión: espacios, formas y colores se integran para que los diferentes elementos decorativos formen un conjunto único.


En la Casa-Museo Modernista de Novelda, ni el majestuoso edificio, ni la escalera de hueco helicoidal, ni los mármoles de Carrara, balaustres de hierro, despacho de nogal o el perchero-banco que nos recibe en el vestíbulo son los más destacable. Ni el magnífico conjunto pictórico del comedor con estucos policromados y pinturas al aceite del gran salón, o el patio interior con columnas de piedra caliza y basas de mármol rosa. No, lo destacable es todo el conjunto que se reúne en esta vivienda palaciega en perfecto estado de conservación en su contexto histórico y natural. La tradición oral atribuye su construcción a Pedro Cerdán Martínez, arquitecto del Casino de Murcia.



viernes, 14 de enero de 2011

Mapas celestes

Decía Heródoto que cuando, en el siglo V antes de nuestra era, un tirano de Mileto viajó a Atenas para pedir ayuda contra la amenaza persa, llevaba un mapa donde figuraban los límites de la Tierra y todos sus mares y ríos; y cuenta que el autor de este mapa era Anaximandro, el discípulo de Tales. Otros afirman que el historiador Hecateo de Mileto, autor de "Viaje alrededor del mundo", había mejorado el "mapa de Anaximandro", lo cual parece confirmar su existencia. Sin embargo lo que estos mapas describían era evidentemente la superficie de la Tierra.


¿Pero que sucedía con el intento de describir la superficie de los cielos y el movimiento de los astros que por ella se desplazaban? Sucedía que a partir de Eodoxo se había ido desarrollando una teoría, llamada de las esferas concéntricas, que pretendía dar la razón del movimiento de todos los cuerpos visibles que se hallaban en el orbe celeste. Aristóteles y sus discípulos, para explicar mejor el movimiento de algunos astros, introducirían en esta teoría nuevas esferas, que pasaron así de ser veintisiete a cincuenta y seis, unas que portaban los astros y otras que sólo servían para compensar sus movimientos.


Pero durante todo este periodo, la Tierra continuó constituyendo el centro del sistema. Y aunque un discípulo de Aristóteles, Teofastro, nos dice que ya Hicetas de Siracusa había manifestado una teoría semejante, en la antigüedad sólo Aristarco de Samos manifestó claramente que, según su opinión, los cuerpos celestes se mantenían inmóviles y era la Tierra la que giraba. Pese a ello, Aristarco es conocido sobre todo por haber logrado estimar, aunque en realidad de manera muy imperfecta, la distancia que separa a la Tierra del Sol y de la Luna. Poco después, Eratóstenes de Cirene, contemporáneo de Aristarco, y como él, miembro de la famosa Escuela de Alejandría, conseguiría determinar la longitud del meridiano terrestre.

El jardín paisajista inglés

La eclosión en la Inglaterra de finales del siglo XVII de un nuevo modelo de jardín, el Jardín Paisajista, es la primera gran revolución histórica en el arte de la jardinería. Anteriormente se habían sucedido diferentes formas en un jardín renacentista, manierista o, en líneas generales, clásico, pero estos cambios habían aparecido de manera evolutiva, sin que se puedan considerar grandes rupturas y sin que estas novedades naciesen en ningún caso de un sentido de oposición a los modelos precedentes. Por el contrario, el jardín paisajista va a suponer modificaciones radicales de concepto.
Jardines de Stourhead (Wiltshire)
 
esta revolución es contemporánea de otra de carácter político. Inglaterra es precursora de la forma de gobierno democrática y es en esos años, en las tres últimas décadas del siglo, cuando se producen las primeras experiencias de gobierno parlamentario, donde un primer ministro se apoya en una mayoría, circunstancia esta que se verá acompañada de un cierto espíritu de libertad, modernismo y libre discusión que favorecerán estos cambios.

Por otra parte, el sistema parlamentario va acompañado de una disminución de la importancia de la Corte, los Lords dejan sus residencias permanentes de la capital y regresan a sus posesiones locales, donde se construyen castillos, mansiones y se interesan por la naturaleza y la agricultura, a la vez que disponen de tiempo para innovar en el arte de los jardines, donde se produce una competencia saludable por ver quién realizará el jardín más nuevo y más hermoso. 
Jardines de Chatsworth
 
El jardín se abre y se integra completamente con el paisaje, huye de los cerramientos, como escribió el pintor y paisajista inglés William Kent, “salté la cerca y vi que toda la naturaleza era jardín”. Esta inexistencia de muros hace que se integren totalmente en el paisaje que les rodea y que se mezclan grandes praderas con extensas arboledas, posiblemente, la adaptación más lógica en cuanto a los conceptos de jardinería y paisajismo.

miércoles, 12 de enero de 2011

La magia indiana de Somao (Asturias)

Somado (Somao) es una pequeño pueblo del municipio asturiano de Pravia que destaca por su extraordinaria situación geográfica, con el Cabo Peñas a la derecha y la simbólica Peña de Deva al frente. Desde ambos lugares se otea un infinito extraño, brumoso y sobrecogedor. Un enclave tal es lo que seguramente hizo que en su día, y siguiendo la carretera costera que enlaza Oviedo y Gijón con Galicia, se reunieran una serie de casas inmensas, llamativas y con un indudable aire antillano, que instauraron en Asturias el denominado "estilo indiano".

Amplitud interior y exterior, grandes jardines, flores, plantas nuevas como la palmera -árbol que distingue sin lugar a dudas los jardines "estilo indiano"-, lujo, recargamiento ornamental y espectacularidad, son algunas de las características comunes de esta peculiar "estilo arquitectónico". En algunas casas también se revistieron las paredes exteriores con mosaicos, añadiendo otra seña de identidad más personal al "estilo indiano".

martes, 11 de enero de 2011

José de Ribera: Las luces y las sombras

El 17 de febrero de 1591 era bautizado en la iglesia de Santa Tecla (Játiva), el que con el paso del tiempo se convertiría en uno de los artistas más destacados y característicos de la pintura europea del siglo XVII: José de Ribera. 

Nacido en el hogar de un modesto zapatero, es muy poco lo que se conoce de su infancia y sus años juveniles, pero se sabe que muy joven abandonó Játiva para trasladarse a Valencia, donde con toda seguridad conoció la obra de Ribalta que debió impactarle de manera especial.

Apolo desollando a Marsias, 1637
 
Hacia 1610, y tal vez buscando nuevos horizontes formativos y laborales, Ribera se marchó a Italia, residiendo primero en Lombardía, para después visitar Parma, donde estudió la obra de Correggio, Venecia y Roma, ciudad que le permitió conocer tanto a Rafael como las novedades aportadas por los Carracci y su clasicismo boloñés, y a Caravaggio, con su innovador tenebrismo.

Finalmente se estableció en Nápoles en 1916 hasta su muerte en 1652. Contrajo matrimonio con Catalina Azzolino, hija del pintor siciliano Juan Bernardo Azzolino, que de alguna manera le sirvió de trampolín para hacerse un lugar en el ambiente artístico napolitano.
 Sagrada Familia con Santa Catalina
 
La influencia de Ribera en Nápoles fue grande, pudiéndose contar entre sus discípulos artistas tan destacados como Gian Battista Caracciolo, Césare Francazano, Salvatore Rosa y Lucas Jordan.

lunes, 10 de enero de 2011

Escuela del río Hudson: Thomas Cole

Mientras que a finales el siglo XIX, la vieja Europa vivía uno de los momentos artísticos más notables de toda su historia, los EEUU de América irrumpieron en el escenario cultural con una iniciativa que se realizó por primera vez en el mundo: la creación en 1872 del Parque Nacional de Yellowstone, en el territorio de Wyoming. Esta valoración estética de la naturaleza pudo tener su origen en un grupo de pintores paisajistas que ubicaron sus estudios en la ciudad de Nueva York, cerca de la desembocadura del río Hudson entre los años 1825 y 1875. 

Este hecho físico fue el motivo para que en la década de los años setenta del siglo XIX se acuñara el término "Escuela del Río Hudson", que fue el primer grupo de pintores paisajistas americanos que plasmaron en sus lienzos la naturaleza salvaje e intacta tal como la descubrieron en sus incursiones a lo largo de las orillas del río.
Thomas Cole - The Voyage of Life Youth,1842

Este grupo de pintores de la Escuela del Río Hudson fue liderado por el emigrante inglés Thomas Cole, que marcó las directrices ideológicas a seguir por todo el grupo. Cole plasmó en sus lienzos la filosofía que escritores del nuevo movimiento romántico-naturalista surgido en América, como Washington Irving, William Cullen Bryant y James Fenimore Cooper, inspirados en las virtudes del mundo natural, habían llevado a sus novelas para fundamentar la moral de la nueva nación.
 Thomas Cole - The Course of Empire The Savage State,1836